
En Japón, las tiendas y supermercados están abiertos todos los días de la
semana. No es de lo más común pero algunos supermercados de barrio cierran los
domingos, por lo cual, a última hora del sábado rebajan el precio de algunos
productos.
Allí se concentran "las obaachan’s" (traducido como abuelas)
atraídas por un nuevo reto.
¿Nuevo reto? !NO! En realidad el reto de cada sábado por la tarde, conseguir
antes de que lo coja la vecina, el mejor producto al mejor precio.
“En pie de guerra”, esperan que pase el dependiente que etiquetará el nuevo
precio.
¡Un 40%! ya empieza una batalla sin piedad, espíritu competidor
pero siempre con fair play así pelean las obaachan’s para conseguir su trofeo,
un sashimi de atún (maguro en japonés) al mejor precio.
Un escenario muy divertido, pero es que, no es igual comer en casa
sashimi con su familia comentando entre risas y triunfante como le ha costado
conseguirlo que cogerlo simplemente de la estantería... ¡parece que el atún
hasta sabe mejor!
Didier Salard el dueño de Blanc Pain, una panadería francesa ubicada en
Nagoya (Japón) fue premiado por hacer los mejores croissants de todo Japón. Una
buena noticia que no cayó en oídos sordos. El día siguiente, como era de prever,
una avalancha de clientes llegó a su tienda para probar el dichoso croissant. Me
comentaba Didier que pasaron de producir 200 croissants a más de 2000 diario durante un
mes, aun así tuvo que restringir la
cantidad de croissants que se podía llevar cada cliente, ya que algunos pedían
hacia 100 unidades para regalar a sus amigos, vecinos, etc.
Hubo hasta un hombre que había recogido 800 km (Tokyo-Nagoya ida y vuelta) nada más
que para comprar los premiados bollos.
Aquí os dejo la página web de Blanc Pain para los que visiten Nagoya y tienen curiosidad de probar el mejor croissant de Japón: http://www.blanc-pain.jp
Calidad, popularidad, buen precio, auténtico, exclusivo, así es como los japoneses le den valor a los productos para que tengan éxito.
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